¿Qué es la Cirugía Refractiva?

La cirugía refractiva es el conjunto de técnicas quirúrgicas que tienen como finalidad eliminar o minimizar los defectos refractivos oculares. Estos problemas de la refracción son la miopía, hipermetropía y el astigmatismo. La cirugía refractiva se puede aplicar a través de las técnicas láser (Lasik o técnicas de superficie –PRK/Lasek) o a través de otro tipo de tratamientos, como el implante de una lente intraocular fáquica o pseudofáquica.
En el Centro empleamos la aplicación de láser Excímer para eliminar este tipo de defectos oculares. Un pormenorizado análisis durante una primera consulta preoperatoria en la clínica permitirá que el oftalmólogo indique el procedimiento más adecuado para cada caso.

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Defectos Refractivos

La hipermetropía es un error de enfoque visual que provoca una visión borrosa e incómoda de cerca, aunque, a partir de cierta edad, también se ven mal los objetos lejanos. El continuo esfuerzo de acomodación puede provocar síntomas como fatiga visual, picor de ojos o dolores de cabeza. Este defecto de la refracción afecta a la mayor parte de los recién nacidos, ya que su sistema visual todavía no está completamente desarrollado (hipermetropía fisiológica), pero durante el periodo de crecimiento tiende a corregirse. La hipermetropía no se puede prevenir, pero, especialmente en el caso de los niños, es muy importante detectarla precozmente para ser corregida, por eso son muy importantes las revisiones oftalmológicas periódicas y completas (con fondo de ojo).
El astigmatismo se produce cuando la córnea no presenta la misma curvatura en todas sus zonas. La luz procedente de los objetos y que entra en el ojo se enfoca en más de un punto de la retina. Esto provoca una visión borrosa y distorsionada, ya que en los ojos emétropes (sin graduación) la imagen de los objetos se enfoca en un único punto de la retina. En general, el principal síntoma del astigmatismo es la percepción borrosa o distorsionada, tanto de los objetos lejanos como de los objetos cercanos. También es habitual la dificultad para percibir pequeños detalles a todas las distancias. En los casos en los que el astigmatismo aparece asociado a la hipermetropía es habitual que el paciente sufra fatiga visual, enrojecimiento, picor y escozor de ojos, mareos o dolores de cabeza debido al sobreesfuerzo que realiza el ojo para enfocar las imágenes.
La miopía se manifiesta cuando el paciente ve borrosos los objetos lejanos. Los síntomas de la miopía pueden presentarse desde la infancia y pueden aumentar con el paso del tiempo al producirse cambios en la graduación. Por regla general, la miopía tiende a estabilizarse a partir de los 18 años. Puede presentarse asociada a otros defectos refractivos, como el astigmatismo (astigmatismo miópico) y la presbicia o vista cansada.
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